LA CULTURA CASTREÑA
Felipe Arias Vilas - Mª Consuelo Durán Fuentes

La Cultura Castreña podría definirse aquí, para entender tan siquiera en una apretada síntesis el contexto histórico en el que se inscribe el Castro de Viladonga, como un conjunto de conocimientos materiales e ideológicos y de comportamientos que caracterizan a la sociedad humana que habita en los castros, como poblados o asentamientos generalmente bien defendidos que definen y dan nombre a esta Cultura. Sabemos de ella a través de las informaciones que nos dan la arqueología, la epigrafía, las fuentes escritas o textuales y también, de algún modo, la etnografía.

Se desarrolló durante la Edad del Hierro sobre un fuerte substrato indígena de la etapa final de la Edad del Bronce, con la conjunción de rasgos propios del Noroeste precastreño con las influencias culturales centroeuropeas (de raíz céltica en algunos aspectos como la lengua), atlánticas y también mediterráneas. Coincidiría todo ello con un período climático subatlántico, caracterizado por un aumento de la temperatura y de la humedad que provocaría la expansión de las zonas boscosas y húmedas, obligando en cierto modo a los primeros castreños a extenderse y asentarse en poblados situados en las zonas altas y bien protegidas: los castros.

La primera ocupación de los castros habría que buscarla, pues, en el final de la Edad del Bronce, entre los siglos VII y VI a.C.; Penarrubia (Lugo) puede ser un ejemplo de estos primitivos castros, junto con Penalba o Torroso en la provincia de Pontevedra, A Graña en la de A Coruña y otros.

Su área de extensión y de influencia llega, cuando menos, a los ríos Navia y Túa por el Este y al Duero por el Sur, y dentro de ella se pueden ubicar en un mapa algunos castros de época prerromana y romana excavados total o parcialmente desde hace décadas o en tiempos más recientes.

Cronológicamente, la Cultura Castreña propiamente dicha va desde el siglo VI o V antes de Cristo hasta el cambio de Era o hasta mediados del siglo I d. C. aproximadamente. Pero varios autores que se ocupan de ella establecen una serie de fases o etapas en ese amplio abanico cronológico, e incluso actualmente sabemos que existe una Cultura de los Castros que pervive y evoluciona, también en diferentes etapas, después de la integración de la Gallaecia dentro del Imperio Romano, convirtiéndose en la llamada Cultura Galaico-romana.

El Castro, como configuración arqueológica externa y más visible de esta Cultura, obedece fundamentalmente a tres tipos:

- Castros de interior, (como el de Coaña en Asturias o el mismo de Viladonga entre otros también monumentales), que son el tipo más frecuente y característico, emplazados en colinas o elevaciones más o menos destacadas pero raras veces en grandes o altas cumbres. En general son de planta circular u ovalada y con uno o varios circuitos amurallados.

- Castros situados en zonas montañosas da mayor altitud, (como los de Vilar en O Courel o Xegunde en A Fonsagrada), localizados generalmente en las laderas y de forma oval, con fosos artificiales por el lado superior y murallas o terraplenes hacia el valle. Su desarrollo fue sobre todo en época romana, vinculados a las explotaciones mineras de estas comarcas orientales gallegas.

- Castros costeros, (como el de Baroña en O Porto do Son o Fazouro en Foz), que son muy abundantes en el litoral gallego; comúnmente son de esquema simple y bien definido aunque existen variantes según la configuración geológica y geográfica de cada zona, como el caso singular y mucho más complejo de Santa Trega sobre la boca del río Miño. Son de planta variada, adaptándose al terreno, y en el tipo más característico las defensas naturales del lado del mar se ven complementadas con murallas y fosos hacia el interior.

 


 

                    LA CULTURA CASTREÑA

 

  Las primeras huellas importantes del pasado histórico de Oleiros se remontan a la Antigüedad, a la época de la Cultura Castreña.

  Desde finales de Edad de Bronce ( siglo VI a. C. aproximadamente) se desarrolla en Galicia la cultura castreña, fruto de la fusión de elementos autóctonos y elementos culturales traídos por sucesivas oleadas de gentes llegadas desde Centroeuropa. Con la llegada de los romanos, comienza un proceso de readaptación y transformación, por lo que no resulta fácil establecer una fecha final para el mundo castreño que mantiene pervivencias hasta el siglo VI d. C.

  Esta cultura castreña de Galicia se caracteriza, desde el punto de vista arquitectónico, por un tipo peculiar de asentamiento: EL CASTRO. Se trata de poblados fortificados situados en lugares de fácil defensa (colinas, penínsulas...) de dimensiones variables y protegidas por murallas y fosos. En el interior se agrupan , casi siempre sin planteamiento urbanístico, casas de piedra de planta circular o elíptica y en ocasiones cuadradas y rectangulares (romanización).

  Sus habitantes vivían de la agricultura (de base cerealística) y la ganadería (cabras, ovejas , cerdos, caballos, vacas...) practicando también la caza, pesca y marisqueo, la extracción minera ( estaño, hierro, plomo, oro) y los intercambios comerciales.

  Se trata de una sociedad gentilicia, es decir, carente de Estado, belicosa, con una desigual distribución de la riqueza y signos evidentes de jerarquización interna.

  Distintas fuentes nos ofrecen información sobre su religión con numerosos dioses, realización de sacrificios y rituales funerarios de incineración pero ninguna constancia de templos o sacerdotes como los druidas celtas.

  En la cultura castreña destacan las producciones de cerámica, metalurgia, orfebrería y escultura.

. La cerámica es de tipología variable y suele poseer una abundante decoración con motivos geométricos.

. En la metalurgia se desarrolla tanto el trabajo del bronce (fíbulas, productos suntuarios) como el del hierro (armas, instrumentos pesados).

. Una de las manifestaciones más interesantes lo constituyen las joyas realizadas fundamentalmente en oro: torques ( collares rígidos que se curvan sin llegar a cerrar), diademas, cascos.

. En escultura se representan, sobre todo, cabezas de guerreros, guerreros de cuerpo entero, verracos, con frecuentes motivos geométricos.

  En el municipio de Oleiros hay una gran riqueza de asentamientos pero sin excavar todavía. Los 13 castros catalogados están protegidos por el Plan General municipal: el de Serantes constituido por un recinto circular de casi 100 metros de diámetro, los de Dexo, el de Punta Torrella, el de Xaz etc.

 

 

 

 © Álvaro Vizoso Vázquez         San Pedro de Benquerencia ( Lugo )

www.benquerencia.info

     Ultima actualización de esta pagina  30/09/2009 10:22:46

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